miércoles, 23 de diciembre de 2009

IX

Colgué el teléfono y me mantuve así, como estaba, mirando la pared que se encontraba enfrente mío, por lo que me parecieron años.
Cuando pude reaccionar, sólo atiné a tirarme nuevamente en el sofá y fijar la vista en el techo, intentando asimilar las noticias recibidas por el desconocido del teléfono.
Era curioso, de qué manera se vinculaban las cosas en la vida, y cómo, en las manos de ese desconocido, pendía el hilo del cual colgaba la vida de mi madre, frágil y bamboleante.
Nunca me había relacionado demasiado con mis parientes.Se lo atribuía al hecho de que eran muy pocos, y en su mayoría, muy cuadrados para mi gusto. Mi madre no era ninguna excepción. Sin embargo, era mi madre y nunca me había dado cuenta del significado de aquello hasta ese momento. La sóla idea de perderla había logrado apartar de mi mente todas las demás preocupaciones, y casi no me hubiese acordado de mi compañero, de no ser por la apremiante necesidad de ser abrazada que me embargaba en ese momento.
Me sente en el sofá y volví hacia el teléfono. Marque lo más rápido que mis huesudos dedos me permitieron y esperé.
Tuu...Tuu...Tuu...
Esperé impaciente la voz del otro lado de la línea.
Tuu...Tuu...
-Buenos días, en que puedo ayudarlo?- Contestó una voz femenina de una plasticidad enfermante.
-Necesito un vuelo a Buenos Aires, con urgencia.
-Puedo ofrecerle uno para mañana a las 6:00 PM.
-¿Nada más temprano?
-No, lo lamento. Están todos completos.
Mierda, todo parecía demasiado lento, y existía la posibilidad de que llegará allá demasiado tarde.Mi madre me necesitaba.Pero a menos que pretendiera llegar a pie, debería resignarme y tomar la opción que me daban...
-¿Hola?- Preguntó ansiosa la voz plástica al notar el silencio que se había hecho al otro lado de la línea.
-Em, sí, tomaré el vuelo.Resérveme un pasaje en clase turista.
-Ok, no hay problema.Que tenga buenas noc...-
Tuu...Tuu...Tuu...
Corté el teléfono algo furiosa y me fui a dormir.
Ese sí que había sido un día de perros.

VIII

Mis ojos comenzaban a cerrarse mientras conducia. Era de noche. Lloviznaba. Me sentia debil por el ayuno que llevaba, obligado por las circunstancias. Manuel gemia entre sueños y temblaba. Todo estaba en orden... Salvo... salvo que no me encontraba bien, no, solo tenia que vigilarla,solo eso, y no lo hice. Pensaba en eso cuando...
- ¡ DETENGA EL COCHE! ¿¿NO ME OYE?? DETENGALO AHORA!
Me sobresalte,reaccione, pero no de la manera mas adecuada, y solo atine a modificar mi direccion... no mi velocidad. El choque hizo añicos el farol izquierdo del movil. Manuel ¡Dormia!, ¿Dormia?- D``s, NO!-Estaba inconciente. Sali de la camioneta sin escuchar al policia que continuaba gritando ( Ahora histericamente crei por la gran gentileza decorativa de mi parte), y apuntandome con una 9 mm., ytrate de hacer reaccionar a mi compañero.
- PONGA LAS MANOS SOBRE EL COCHE! NO ME OBLIGUE...-Disparo hacia el aire, motivo suficiente para que Manuel diera un salto y se golpeara la cabeza contra el techo de Lucy. Senti alivio, al menos reacciono.
- Esta bien - Dije yo.
- ¿Esta bien?!- Preguntaron al unisono el policia y Manuel, uno bajando el arma y el otro frotandose la cabeza. Por primera vez vi el rostro del policia, tenia miedo, sudaba, parecia desesperado, y le faltaba un zapato.
- ¿Que paso aqui oficial?- Pregunte con voz de " Esta todo bien, yo controlo la situacion,ustedes solo esperen y vean", pero en el fondo tenia eran ganas de correr, correr o... bueno tuve la sensacion extraña, infantil... de querer..bueno ya saben... esa sensacion de querer estar oculto bajo la cama, o correr a llamar a mi madre pidiendo conzuelo...Eran muchas situaciones juntas y no sabia como reaccionar, ni tampoco entendia absolutamente nada.
Mas alla de todo, al parecer mi expresion fue creible, porque el policia no solo bajo el arma sino que casi corrio hasta mi
- Todo ocurrio de pronto.. Juro..juro que no pude hacer nada... lo juro.. D``s!..- Lloraba desconsoladamente, su rostro estaba desencajado, el paisaje lugubre, las luces de la patrulla, el barro, la oscuridad, los truenos y la lluvia que comenzaba a parecer un diluvio pintaban un cuadro realmente atroz.
- ¿Que sucedio?, ¿que es lo que no pudo detener?- Manuel estaba parado, de espaldas mirando hacia arriba.
- Eso..- Dijo Manuel, señalando algo detras de un arbol destrozado. Mire, habia un acantilado mas alla.

Y comprendi.

Esta escena se grabo en mi reviviendo con toda su fuerza en mis sueños mas terribles, y lo que es peor, en los hechos que luego sucedieron, casi diria.. en espiral.




jueves, 10 de diciembre de 2009

VII

Acababa de llegar a casa.Me sentía totalmente desganada y lo único que me motivaba a mantenerme despierta era el hecho de que no había ingerido un mísero pedazo de alimento en todo el día.Moría de hambre.

Me acerqué a la heladera, la abrí y saqué todo lo necesario para preparar un sandwich.No tenía animos de cocinar nada más elaborado.

Me acababa de sentar en el sillón con mi plato en una mano y un vaso con agua en la otra, cuando sonó el inalambrico que se encontraba en un rincón de la sala de estar.Apoyé las cosas en el piso y corrí a atender.No tenía idea del porqué, pero intuí que no eran buenas noticias.

-¿Hola?

-Buenas noches, ¿hablo con Camile Streiss?

-Sí, ella habla.¿En que puedo ayudarlo?-La voz al otro lado de la línea sonaba tensa.

-Soy el Dr. Scaglione. La llamo desde el Hospital Santa Bárbara.Su madre ingresó a la clinica ayer, con un infarto.Ella no quería que la llamara, pero usted es la única familia que le queda y me pareció que tenía derecho a saber qué pasaba.

Eso me había tomado por sorpresa.Siempre supe de los antecedentes familiares, y de los parientes con problemas cardiológicos, pero no recordaba que mi madre padeciera de uno.

-Eh.. Sí, entiendo...Hizo bien en comunicarme- La cabeza me daba vueltas.Era mi madre a fin de cuentas- Tomaré el siguiente vuelo.

jueves, 3 de diciembre de 2009

VI

-No...- Dije. Sabia que pasaria a continuacion, sabia que diria, sabia que debia sacarlo del auto.- Manu... yo... me levante y no estaba, simplemente no estaba, va a estar mejor asi...- Su cara se contorsionaba, las lagrimas brotaban de sus ojos hinchados, iba a pasar nuevamente. Di la vuelta, abri la puerta y lo saque de un empujon hacia el asfalto.
- Vos!,- Dijo mirandome enloquecido- vos no entendes! por eso es que no la cuidaste! vos no tenes... no sentis... vos no sabes!- Grito. Grito como un animal herido, sus manos temblaban mientras arrodillado tiraba de su ropa como queriéndosela arrancar. Lo tome de la nuca, apoye mi frente a la suya, y dije:
- La brisa, Manuel, las nubes, el cesped, la tierra Manuel, las piedras amigo, las piedras tambien
-Se movio, tratando de zafarse, pero me mantuve firme y segui- El rio Manuel, el rio y el mar, los oceanos y el hielo, ya llega Manuel, ya llega, no hay fin. - Dejo de forcejear.Lloraba en silencio. Lo ayude a levantarse, subio a Nancy, la camioneta de su “tio”( para el todos eran sus tios) , esta vez yo conduciria.
Termine de subir los bártulos detrás y seguimos viajando, yo no comia hacia por lo menos 10 horas cuando el arroz se me acabo, mi estomago habia comenzado a querer llamar la atención, trataba de ignorarlo, como tambien trataba de ignorar el llanto de Manuel. Es cierto, no lo entendia. Nadie podria entenderlo. Nadie sentia, nadie sabia… o por lo menos eso crei.

V

Flash back

-Mamá! no tengo intenciones de mantenerme en este pueblo provinciano toda mi vida.Yo sé que puedo más, yo estoy segura de que puedo ser más que esto.

-Cami, mi amor, vos no te podés ir...¿Qué vas a hacer allá sola?. Además...no conocés a nadie, es muy grande el riesgo...

-Ultima vez que te explico esto: que vos no tengas sentido de aventura no significa que yo tenga que seguir el mismo destino.Tengo el pasaje.Me voy en una semana. Te veo en el aeropuerto.

~
Un año y medio había pasado ya.
Un año y medio desde que mi madre decidió no aparecerse para despedirme, desde que decidió no reconocerme nunca más.
Ya no importaba, y sólo en algunos instantes su recuerdo se filtraba y me despertaba una mezcla de desolación y resignación en el medio del pecho.

Dejé mis recuerdos a un lado y me dispuse a llevar el pedido a una de las mesas del bar de mala muerte en el que me había empleado. Algo había que hacer para comer.

IV

¡Sólo imagínatelo! ¡Nada más! Estaba allí parado con la jarra en la mano.
¡Todavía llevaba puesta la remera blanca! Ja ja - Se aferró al volante y apoyó su frente en él. No paraba de reir. -¿Entiendes? ¡Fue una noche de locos amigo!

-Me miró un instante, aún sonriente y tocó la bocina -Bueno, ¿Vamos a mover esta cosa,chico?

-¿Por qué tardaste tanto? Dijiste dos noches, empezaba a preocuparme- Realmente, no sabía si debía decirle lo que había sucedido, sólo esperaba el mejor momento, algo más tranquilo...
-Tú sube los cacharros y ese "equipaje" tuyo- Su rostro volvió a cambiar y miró justo donde esperaba que no lo hiciera.- Espera chaval, ¿y Lucy?- No llegue a ocultar mi expresión, ni a cerrar la caja.- ¿Donde...?
-No quería decírtelo todavía.Lucy...bueno, digamos que no estaba muy conforme con su dieta sintética...-Empecé a decir.

Esto se iba a poner bueno.

III

Londres amanecía fría y lluviosa, nada fuera de lo usual en una ciudad como esa en la que raramente se ve la luz del sol en todo su esplendor.
No encontraba en mí la voluntad suficiente para vestirme e ir a trabajar.
¿Acaso no lo entendían? ¿Acaso no se detenían a pensar que no era un día cualquiera?
Se había ido, el único amigo verdadero que había logrado tener. Había decidido irse a buscar aventuras en lugares remotos, fuera de esa ciudad tan rígida y estructurada. Nadie lograría entender eso como yo.
Resignada, salí a la calle cubierta con mi chaqueta y mi enorme paraguas negro.
Mi pelo refulgía brillante y rojo bajo la luz que se filtraba entre las nubes grises.
Odiaba esas calles, odiaba los autos con sus bocinas estridentes, odiaba a los peatones y a los perros que caminaban junto a ellos.Odiaba todo y a todos, porque ninguno tendría jamás, la capacidad de ocupar ese lugar.
Mis lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia que caían pesadamente y chocaban con furia el pavimento.
Me calzé los lentes oscuros, odiaba llorar en público.

II

Se veía demasiado lejos...¿Será? ¿Podía ser posible, luego de tres días, que volviera?
Me levante rápidamente y traté de enfocar mis ojos en ella.Tres días es mucho tiempo en un lugar donde la vista sólo es verde, celeste y blanco.
El calor. Parecía sorprendente como de un sólo cuerpo sediento pudiese brotar tanto líquido.
Una brisa, respirando y me arrime a la ruta.Se acercaba rápido.

I

¡Tan!¡Tan!
Sonaba imponente la torre del Big Ben mientras despegaba los ojos luego de una larga noche de insomnio, pañuelos descartables y píldoras para dormir.
Se había ido.Se había ido para no volver.Yo sabía que tenía sus razones, por ello no pude hacer más que esforzarme por comprender, y abrazarlo fuerte en el momento en que me comunicó su decisión.
Ahora entre las 4 paredes de mi apartamento,que cada vez se asemejaba más a una jaula librada a la desidia, no podía hacer más que recordar y sentirme vacía...
Estaba sola otra vez.