En fin. Sólo era una pequeña porción de lo que me esperaba...
El barrio se veía desteñido, y un montón de ramas secas formaban una pila que dificultaba el acceso a la casa. Una de tantas iguales.
Golpeé la puerta y esperé.
Oí unos pasos acercarse, y observe casi con ensimismamiento cómo giraba la perilla. No estaba preparada para lo que ocurriría después...
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